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Mostrando entradas de febrero, 2011
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De Europasur: 'Acercando orillas', de Fernández Gomá, bajo la mirada crítica de 18 escritores Presentan la obra 'Paloma Fernández Gomá o la contemplación del agua' en el Kursaal · El libro realizado por José Sarria realiza un viaje inspirador sobre el poemario que minimiza y eleva los dos lados del Estrecho El libro Paloma Fernández Gomá o la contemplación del agua, elaborado por José Sarria Cuevas, fue presentado ayer en el edificio Kursaal de la Fundación Dos Orillas por la propia poetisa Paloma Fernández Gomá, de cuya obra Acercando orillas se inspira el libro; así como por el director de Relaciones con el Norte de Marruecos, Patricio González; y el presidente del Ateneo José Román, Juan Emilio Ríos Vera. La presentación estuvo cargada de pinceladas sobre Acercando orillas, entre la lectura de algunas de las 18 críticas literarias que la componen y el recital de varios de sus poemas. "Tendamos la palabra / para estrechar horizontes / hasta hacer brotar el manant
Entre dos aguas Al alma de Enrique Morente Por:: Ahmed Mgara Acordaos, aguas de mis arrayanes, de vuestra eterna juventud adornando al Darro, y decidles a mis huérfanas estrofas quién embrujó sus alas con luces y argentas chispas lunares. Acordaos de los llantos derramados entre vuestras entrañas por la espuma helada de la Sierra y contadles de vuestras aventuras en las alboradas de mi disperso Dersa antes de cada amanecer.adulterado. Herís mi lacrimal cuando recuerdo vuestros aljibes sobrevolando los aires de mi Andalus para reposar sobre el musgo del Jardín de Cagigas; amasais mis amores en vuestro mojado mirar hiriendo, sin piedad, mi otro lacrimal. Secas, agua de la Alhambra, mi sed al regar los cuerpos de los mirtos y las mortajas de mis ancestros. Riegas en mis venas la ausencia del Andalus soñado con el verdor del romero y el cl

Morente...en paz, por habaneras.

HABANERA IMPOSIBLE PARA MORENTE ¿Por qué mueren las personas buenas? Hay una parábola que dice que se mueren para ser testigos del juicio de las malas. Hacía mucho tiempo que no iba a Granada, casi desde la muerte de mi amigo Carlos Cano hace ahora, en estos días, diez años (el 19 de Diciembre). Sin embargo, fui la pasada semana, casi como una premonición. Estuve en la Alhambra, paseé por la Avenida Reyes Católicos, el Albaicín, la Alcaicería, Las Angustias. Y recordé también aquella mañana del 19 de diciembre del año 2000 en la que Miguel Angel Arredonda me llamó para decirme que nuestro amigo Carlos había muerto. Me fui a Granada y estuve en su velatorio y entierro junto con Izaskun y mi amigo Pedro Delgado. Fueron días muy malos para mí. Había muerto un amigo y la persona que hizo que me intervinieran de corazón porque nuestros males habían comenzado casi al mismo tiempo (Mayo de 1995). Yo sigo aquí. Y él se me fue. Y cuando murió se tornó en una leyenda que se ha ido agrand