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Mostrando entradas de mayo, 2011

Tetuán, 1965, la adolescencia.

Siendo estudiante conocí a compañeros de aula que eran emprendedores y creativos. Tenían lo básico para embarcar en los asuntos cruciales de la vida; ellos no conocían barreras ante sus deseos de alzar los vuelos por muy altos que fueran los retos. De muchos de ellos aprendí lo que el tiempo me dictaba como algo útil y de provecho. La juventud, para mis amigos, no era simples travesuras, bromas, juegos y desmanes naturales de la edad para la mayoría, sino un sinfín de ilusiones que hicieron de ellos personas de provecho y de presencia en la sociedad…pasados los años. La juventud es un don natural que hay que tener en llama viva, vivirla intensamente y dar de sí los tesoros que se llevan en el silencio oscuro de cada cual. Con esa euforia volví intentando impulsarla en cuantos jóvenes hallé en mi caminar. La vida es joven y hay que vivirla lo más intensamente posible. Crear e inventar siempre y constantemente debe ser lo más interesante que puede hacer la juventud embarcando en proyecto