"Réquiem en Tetuán" por Ahmed Mgara
Amor a destiempo
Por: Ahmed Mohamed Mgara
del libro "Réquiem en Tetuán".
Antes de haberla
amado yo, mi padre ya la quería. Fue él quien me enseñó el arte de amarla y de
cuidar su cariño con el más primoroso de los afectos. La locura de quererla
fue, y es, la más bella que un ser puede padecer.
Mucha gente sabe de
los pormenores de ese querer, incluso mi mujer acabó aceptándome aún sabiendo
de «ese amor primero» antes de nuestro compromiso.
Ella se mereció la
más bella de mis prosas y la más áurica de mis estrofas; mis palabras, cuando
canto sus encantos, riman sin intención y con abrumadora facilidad; me llevé
sus sensaciones con el baúl de mis viajes durante los años que llevo desvivido
por las locuras de su amor y, a pesar de todo ello, ella me rechaza y me priva
de sus dádivas afectivas.
Me acostumbré a sus
heridas y a cicatrizar los desengaños que a diario me causa. Fue igual de
ingrata conmigo que con mi padre fue…y, aún así, yo la quiero y me gratifica cantar de su crudeza cada vez
un mucho más mientras ella sigue
martirizando cada palmo y cada rincón de mi sensibilidad con injusto desafío.
Suelo callar éste mal
de amores no correspondidos porque arraiga con destello en mis penurias. Y no
sirven las plegarias de un soñador iluso para alcanzar que ella, algún día, se
apiade de mis penas y me ofrezca algo de amor correspondiendo en algo a mis
locuras por ella.
Clavada llevo esa
espina en la mar de mis penas que tornaron mis llantos en rocíos de azahares…y
no me arrepiento de quererla mientras no se desvanezcan mis fuerzas como a
otros les sucediera otrora.
Quererla es una
adoración furtiva, pero ella se lo merece con altivez y elegancia propias sólo
de una ciudad secular como lo es ella, mi Tetuán del alma.
Comentarios