El Hispanismo Marroquí... una debacle que se avecina.¿Porqué tanto retroceso en el Hispanismo Marroquí?¿Es suficiente crear "academias" de idiomas para mantener a flote el Hispanismo?.
Parte 3
Por: Ahmed Mgara
3. HISPANISMO MARROQUÍ, VOLVER A EMPEZAR.
Con una experiencia de cuarenta y siete años publicando
en periódicos y revistas (cuarenta y uno de ellos haciéndolo en español) me
encuentro absorto por la recapitulación y por la síntesis de todos esos años
vividos o desvividos por las márgenes de ésta potencia sin poder llamada
“prensa”.
Lógicamente, la evolución de la prensa en castellano ha
ido alzándose y sumergiéndose en distintas etapas según una serie de
condicionantes que la dieron un resurgir u otro desliz dependiendo de las
publicaciones y de las intenciones o errores de sus encargados.
Me refiero a la prensa expresada en español elaborada por
los marroquíes en las publicaciones nacionales.
Ningún momento fue tan alarmante para el hispanismo como
el actual. Se han ausentado los hispanistas en ciernes y con perspectivas de
futuro. Casi se puede decir que no poseemos hispanistas para el futuro
inmediato en ausencia de jóvenes
escritores y escritoras en el idioma de Cela y de Celaya en nuestro país. . . y
no me refiero a quienes publican con nombres ya confirmados y de relevante presencia, sino a jóvenes
desconocidos que aún no han publicado sus ensayos o sus poesías, me refiero a
los sustitutos de quienes empiezan a cansarse
y han dejado de mover sus plumas en español.
Ya no hay medios suficientes para agitar los alicientes
de escribir para publicar.
Particularmente me siento en deuda con el hispanismo marroquí
aunque nadie me haya dirigido hacia esa elección; soy de los que se expresan en
un español propio de unas consecuencias socio-culturales y me gustaría ver
muchas publicaciones en español circulando en los medios culturales aunque las
tiradas no superen los ejemplares deseables.
No nos basta lo poquísimo que se publica actualmente en
Marruecos en español, insuficiente e intrascendente. Los legados y nuestra
realidad cultural exigen que se editen más columnas escritas por marroquíes en
un castellano, probablemente no sea del todo ortodoxo, pero que daría lugar al
nacimiento de una nueva generación de hispanistas que recogería el testigo de
los pocos marroquíes que aún caracoleamos intentando escribir y publicar en
español.
Los acontecimientos nos alarman a quienes nos interesamos
por ese medio de expresión y de identificación intelectual.
El hispanismo marroquí es el punto de encuentro y el
medio de reflexión que coexiste en paralelo con la problemática del desenfreno
y el acierto del entendimiento entre nuestros dos países; hablar en español o
escribir sobre temas comunes ayuda a solventar muchos problemas puesto que lo
afectivo puede conseguir mucho más que un diálogo sin mordientes o con signos
previos de no entenderse. Es algo similar a leer una carta. . . de ella se
pueden deducir verdaderos sentimientos o afectividades sinceras
Por todo ello y por iniciativa particular, en apoyo de
varios amigos, surgió la idea de crear una publicación en español y en árabe
basada en la publicación de temas comunes de los cuatro polos del hispanismo
literario: España y Marruecos representarían el norte y el sur de la publicación
mientras que las creaciones de los escritores y poetas de Oriente Medio y de
América Latina supondrían el este y el oeste de ese embrión literario
hispanista que pretendía emerger desde Tetuán con el hispanismo como medio de
diálogo cultural entre nuestros intelectuales. Estuvimos en contactos constantes
con amigos de distintas ciudades y distintas tendencias literarias que podían
dar un impulso a esta publicación que podía nacer como una separata de alguna
publicación para transformarla en suplemento si alcanzaba el beneplácito de los
lectores e interesados por el hispanismo marroquí y el arabismo español.
Algunos dirán que la idea estaba inspirada en la revista
“Al Motamid” y yo les diría que sí aunque con otras perspectivas. Con
diferentes tendencias literarias, versiones renovadoras y-en especial- con
intenciones de ayudar a los jóvenes interesados en la cultura arábigo española.
La traducción de los ensayos y de los poemas iba a ser un
aliciente para muchos noveles e incluso para los ya consagrados que entrarían
en una experiencia nueva y novedosa. Todo ello se pretendía hacer lejos del
amiguismo y de alguna posible afiliación insana para la cultura.
Aliarse con la cultura sin fines, ni lucrativos ni
personales, era el lema esencial de la proyectada publicación y que se
transformó, ante la imposibilidad de conseguirla, en los cuatro Encuentros
Hispano Marroquíes de Poesía, ya celebrados en la ciudad de Tetuán con la
edición de una antología con motivo
de cada uno de tales Encuentros.
4-
PLUMAS DISPERSAS
Hubo una época, hace unos años, dentro de nuestra sana intención
de colaborar con los hispanistas marroquíes para la exteriorización de sus
concepciones del “hispanismo marroquí” en la que habíamos pensado en abrir un
paréntesis para que los hispanistas marroquíes, de ejercicio e interesados, nos
puediesen sugerir sus ideas sobre ese género literario marroquí que espera un
resurgir después de cierta reticencia y timidez en el contexto intelectual
nacional como medio de expresión cada vez más revalorizado.
El letargo en que se halla es producto de muchos
abandonos y olvidos de generaciones y épocas anteriores; los que ejercemos esta
faceta, cada uno desde su atalaya y a su peculiar manera, tenemos la imperiosa
obligación moral para movernos, a nuestra medida, para dar lugar a una toma de
pulso más acorde con la realidad de la dispersión actual en lo que concierne la
catalogación de escritores y de obras.
Los interesados por el hispanismo marroquí sabemos que
hay muchas plumas dispersas por las décadas y por los países del mundo. Unos
viven aún y otros han pasado a mejor vida… pero sus obras perviven y siguen
reluciendo su calidad y peso. No han pasado al olvido pero están en sus
paraninfos. Se merecen ser rescatados de la tenebrosidad de haber pasado de ser
“escritores considerados” a no significar nada para el presente, aún
constituyendo unas referencias necesarias a la hora de estudiar monografías relacionadas
con el hispanismo.
Son hispanistas que merecen ser rememorados y recordados,
que vuelvan a saltar a la palestra. . . y estar allí, en la cima y dando el
ejemplo a las nuevas generaciones por su producción ofrecida en diferentes
trances.
Personalmente, estuve trabajando en una “recolecta de hispanistas”
que publicaron en prensa o en libros en diferentes trances para ofrecer un
trabajo recapitulativo y antológico del hispanismo marroquí, dentro de las
lógicas limitaciones. Lógicamente, el esfuerzo es titánico y pausado. Recoger datos
de todos los hispanistas marroquíes era
imposible cuanto más me alejaba de las coordenadas geográficas donde normalmente
resido aunque hay referencias comunes entre diferentes nombres para hacer un
trabajo digno dentro de esas limitaciones. No me conformaba con trabajar con lo
que tenía al alcance porque hubiera sido “una equivocación justificable” y, por
ello, decidí contactar con los hispanistas marroquíes de distintos polos y
puntos cardinales enviándoles un cuestionario introductivo para reunir referencias
sobre cada hispanista, hombre o mujer, que participa en la “movida” del género
en diferentes terrenos y dentro de las más dispares especialidades, siempre que
se trate de la creatividad de marroquíes en español y portugués, no solamente
dentro de nuestro país, sino en cualquier punto del mundo.
Ese cuestionario tenía un carácter serio y constaba de
una rúbrica en la que se proponía el ponernos en contacto con otros hispanistas
o aportarnos datos de interés sobre los mismos para que el margen de omisión de
personas activas sea menos grave.
Ese trabajo no iba a ser obra exclusiva de quien firmaría
esa monografía, sino de todos los encuestados y que tenían que recibir copias
del trabajo final en agradecimiento por su colaboración.
El hispanismo marroquí podía ganar, de esta manera, un
nuevo libro, que tenía que tener carácter
nacional por agrupar al máximo de nombres activos y retirados del hispanismo
marroquí, complementando los trabajos antológicos sobre hispanistas marroquíes
que fueron editados anteriormente.
Por todo lo relatado y expuesto anteriormente, había que
buscar a quienes me podían ayudar en la labor de ejecutar ese proyecto de libro
con aportación de datos.
Entre los datos que se requerían en ese cuestionario
estaban los nombres de los escritores, los datos personales referentes a su
curriculum vitae; Sus obras con las fichas técnicas de las mismas; nombres de
otros hispanistas conocidos y sus direcciones; Ediciones en periódicos,
revistas y libros (sin olvidarme de la prensa audiovisual) y editoras de
trabajos en español; sugerencias y observaciones, direcciones y datos que
podían ser de interés, asociaciones de tinte hispanista, etc.
No era empresa fácil de conseguir. Conocía las atroces dificultades con las que me
iba a hallar ya que, de hecho, los años
que llevaba recogiendo datos, desde 1981, he encontrado dificultades más dignas
que el propio trabajo, de ser publicadas en un libro por el carácter social y
psicológico del entorno. No en vano, decidí embarcarme sólo, en un principio,
hasta que surgieron compañeros y amigos que me ayudaron en la labor y dimos
cuerpo a un libro que, al final, fue pirateado por una editora madrileña y
publicado sin atender los derechos de autor o permisos para ello. Una
infracción a las normas éticas y legales, donde las pueda haber.
5- APUNTES PARA EL HISPANISMO MARROQUÍ.
Cuando Jhon F. Kennedy visitó por primera vez la ciudad de
Berlín como Presidente de los Estados Unidos dijo una frase célebre que aún
sigue vigente: “Soy ciudadano del mundo”, frase que queda contrarrestada con la
otra que se hizo en boga los últimos años: “Yo también soy migrante”.
El problema de las migraciones masivas, normalmente hacia el norte con
excepciones raras, como las del mundo comunista después de su desintegración y
fragmentación política y geográfica, es el descontento que se origina en los ciudadanos
de las tierras a las que se emigra. Pero existe la problemática acuciante que
sufren las zonas fronterizas, y más las que se adoptan como punto de salto o
asalto hacia el país deseado tanto en términos legales como en circunstancias
de ilegalidad. El hambre, los enfrentamientos bélicos y las opresiones
políticas suelen ser las predominantes como causas de esas migrasiones masivas.
En Marruecos tenemos varias de esas plataformas, y del Mediterráneo,
plataforma por excelencia durante tres décadas, se ha pasado a la costa
atlántica que reposa frente a las Islas Canarias. Alternativa para muchos para
salir de África y encontrarse con la edénica tierra de sus sueños pese a que,
las más de las veces, se descubre tardíamente, una amarga e inesperada realidad.
La costa marroquí, la del Estrecho de Gibraltar o por donde se puede asomar
y verle la frente a la
Península , supone un hervidero constante de seres migrantes
con procedencias dispares y de nacionalidades múltiples. Por lógica, el comercio
ilícito y el tráfico de seres humanos ha aumentado con la creación de bandas o
mafias que se dedican a timar y a engañar a los deseosos de cambiar de tierra.
Los más avispados son aquellos que montan negocios de transporte de ilegales
desde ciudades interiores, siendo el norte del país, las provincias de Tetuán y
de Tánger, llegando hasta el extremo noreste del país, los puntos donde se rematan
las operaciones y, desgraciadamente, las más de las veces se remata también al
prójimo tras arrebatarle sus ahorros de la más inmoral y vil manera, para
abandonarlo a su suerte y en condiciones poco probables de supervivencia dentro
de la ira de la mar.
Y hay que preguntarse el cómo viven
esa zonas el azote de la emigración clandestina, preguntarse por las lacras que
ello produce en todas esas provincias, por el impacto en la sociedad civil.
Indudablemente,
me refiero a lo sociológico, a la seguridad o inseguridad de los vecinos de la
zona, a la economía sumergida que surge, al abaratamiento de la mano de obra, a
la ilegalidad en la concesión de trabajos sin contrato y sin las condiciones
mínimas, a la vivienda insalubre y su proliferación, a las injusticias y a los
malos tratos...
Y no me refiero exclusivamente en ningún momento a los
emigrantes de paso por el país, o sea, no tomo como referencia a los
extranjeros que nos vienen de países asiáticos y africanos, que son los de
mayor masa, sino que aludo, también, a los candidatos a cruzar el Estrecho
ilegalmente siendo de nacionalidad marroquí, y que, aparentemente, lo tienen
más fácil para establecerse en las cercanías de las zonas fronterizas por
poseer una documentación que les permite la libre circulación por todo el
territorio nacional sin ser perseguidos por los agentes de la ley.
Siendo descendiente de una
familia arábigo andalusí, de las provincias de Almería y de Calatrava,
esencialmente, siempre sentí la necesidad de tender un puente entre mi ser y
esas tierras fecundas del Ándalus. No con la finalidad de establecerme en
ellas, sino por afectividad y nostalgia. Allí, aún sobrevuelan en los aires las
cenizas de mis abuelos más lejanos, por lo que me considero de aquí y de allá,
esté en cualquiera de las dos orillas mediterráneas.
Por ello, siendo joven,
comencé a escribir, aunque malamente, en Castellano. Poemas, ensayos, cartas y
pensamientos volátiles fueron mis primeros intentos en la época estudiantil.
Siempre creí en mi diversidad cultural y, gracias a ella, aún siento el deleite
de mi pertenencia y de mi vocación andalusí y mediterránea.
Por ello, pienso que mis
aportaciones al acercamiento multicultural entre España y Marruecos pueden
poseer varias vías dentro de su humildad. Una de ellas, por supuesto, es
escribir y publicar en español y poder tender ese puente de amor y de buenos
augurios para mis dos tierras, la de mis antepasados y la que me acoge como
hijo y descendiente de emigrantes andalusíes que fueron “espaldas mojadas”
también, aunque cruzando el Estrecho de norte a sur.
Puede decirse que llevamos
de emigrantes algo más de cinco siglos y que yo soy, entre mis ascendientes, un
hispanista y escritor que vive, avivada, la llamada de la tierra. Soy hispanista
sin haber estudiado la
Lengua Española , no conozco los análisis ni la sintaxis. Un
artesano, en definitiva, del idioma español, legado por el tiempo aunque en versión
puramente tetuaní.
Fin de la tercera parte.
.../... seguirá.
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