Volver al kalifato.
La ciudad de Córdoba acogió en su regazo las
actividades del Congreso "La Frontera Liquida" organizado por la
Asociación Colegial de Escritores de España - Andalucía.
El Congreso tuvo ña presencia de eminencias de las letras de Argelia, Siria, Iraq, Egipto, España y Marruecos, con ponencias de diferentes ejes.
Escritores, poetas, traductores e investigadores se reunieron en Marcos emblemáticos para tratar el idioma español y su presencia humanística y de creación en el Mare Nostrum.
Un Encuentro que fusionó a consagrados con nombres históricos en las letras, con noveles que se afianzan en la grupa del relevo de quienes regaron muchas décadas literarias con su creación y ofrendas.
La geografiadel hispanismo se ha ensanchado por las sugerencias de futuros proyectos entre diferentes actores del panorama hispanoparlante Mediterráneo a ambos lados de la frontera líquida, del cementerio líquido.
El Congreso tuvo ña presencia de eminencias de las letras de Argelia, Siria, Iraq, Egipto, España y Marruecos, con ponencias de diferentes ejes.
Escritores, poetas, traductores e investigadores se reunieron en Marcos emblemáticos para tratar el idioma español y su presencia humanística y de creación en el Mare Nostrum.
Un Encuentro que fusionó a consagrados con nombres históricos en las letras, con noveles que se afianzan en la grupa del relevo de quienes regaron muchas décadas literarias con su creación y ofrendas.
La geografiadel hispanismo se ha ensanchado por las sugerencias de futuros proyectos entre diferentes actores del panorama hispanoparlante Mediterráneo a ambos lados de la frontera líquida, del cementerio líquido.
En
este Congreso tuve el honor de leer mi aportación en el Decanato de la
Universidad de Córdoba y que fue:
El español
como elemento fundante de la frontera líquida.
Desde que a finales del siglo pasado se despertara el interés por la
literatura marroquí expresada en español, mucha tinta se ha derramado en un
sentido u otro en las diferentes calificaciones y descripciones críticas,
muchas de ellas banales e injustas. Muchos Encuentros, Congresos y Jornadas de
Estudio tuvieron lugar con la finalidad inicial de limpiar, fijar y dar
esplendor a esa recién nacida tendencia expresiva que se vislumbró tan
inclusiva e intencionada desde sus albores hace unas cuatro décadas.
Desde esos entroncados y abruptos inicios hasta hoy, hemos llegado a un
variopinto abanico de estilos, modalidades y tendencias que nos resulta ideal
para volverlo a estudiar como un neo hispanismo marroquí, muy diferente al de
aquellos inicios de la década de los 80 en la que cualquier vulgaridad o
mediocridad estaban casi permitidas a nivel publicación, en prensa básicamente.
Evidentemente, la literatura marroquí, o escrita por marroquíes
residentes en Marruecos o en otros países, ha ido mejorando, destacando y
cosechando premios entre escritores y poetas hispanoparlantes.
No voy a referirme al hispanismo de los
funcionarios del Estado, profesores de Secundarias y universitarios
esencialmente, ya que su labor académica y de investigación no contiene siempre
ese apartado de “creación literaria”, que es patrimonio de una minoría tanto en
la zona del Estrecho como a nivel nacional.
Soy del Mediterráneo. Nací a escasos metros de ese Mare Nostrum que nos
empapa de civilizaciones, de usos y costumbres de tierras lejanas que amarran
sus esencias en nuestra morisca y andalusí tierra de Tetuán y aledaños.
Y, por ser, mi tierra, crisol de civilizaciones y nido para los
“diferentes” de dispares procedencias culturales, reconozco que lo español en
Tetuán no es ni extraño ni ajeno. Y el español, como idioma, se ha ido
implantando con el paso de los siglos tanto por los “espaldas mojadas” de
siglos atrás, que fueron huyendo de su Andalus hacia tierras extrañas del norte
de Africa, como por las migraciones que se llevaron indistintamente de orilla a
otra su propia cultura, en los últimos cinco siglos.
La coexistencia y la convivencia de hispanófilos con los autóctonos de
la zona del Estrecho de Gibraltar hicieron trasladar a esa orilla del sur nuevos
modos de vida, una mezcolanza dialectal procedente de la variedad cultural
diseminada por la península ibérica en diferentes etapas, dando lugar a esa
raigambre hispanófila que anida y resalta la orilla sur del Estrecho sobre las
demás regiones del país por su primoroso léxico, bien nutrido de léxicos varios
que fueron procediendo de España y por la riqueza del habla de los norteños, no
siempre descifrable o entendida por la gente del resto del país.
Es de reseñar que en los aledaños del Estrecho, tanto en ciudades como
en los poblados del campo, se entiende a la perfección el español aunque no
siempre se puede hablar con idéntica perfección. Prueba de ellos está en que
los españoles que vivieron en la zona del Protectorado nunca aprendieron el
árabe para hablarlo salvo muy raras excepciones.
Y es, precisamente, esa frontera azul, empapada de civilizaciones
seculares, quien le da al léxico expresado en la orilla del norte de África,
ese distintivo tan especial que nos diferencia en el habla y en el pensar de
las demás comunidades.
Quienes no tuvimos la suerte u oportunidad de estudiar el idioma
castellano o español, y aprender sus normas ortográficas, nos hemos quedado con
las ganas de haberlo ejercido académicamente pese a haber cursado nuestros
estudios universitarios en España en diferentes épocas, publicar en prensa hispanófila y publicar
libros de diferentes géneros en español con más o menos categorías. Aún con
esas privaciones, mantenemos nuestras conversaciones en español con soltura y
buena o aceptable pronunciación,
generalmente. Incluso, varios marroquíes de la zona, llegamos a publicar y
destacar en prensa hispanófila, trabajar en medios audiovisuales expresados en
español, o escribir libros en el idioma cervantino, o representar nuestro país
en Consulados y Embajadas en países hispanófilos por dominar el español.
La literatura marroquí expresada en español en las inmediaciones
geográficas del Estrecho de Gibraltar ha gozado de ciertos apoyos, aunque
mínimos, por parte de instituciones españolas, andaluzas en especial, tanto en
los proyectos de desarrollo de la Unión Europea como en algunos proyectos de la
Junta de Andalucía. Hay que reconocer que, pese a muchas objeciones hacia esos
proyectos, se le pudo dar a la literatura marroquí expresada en español la
posibilidad de difundirse en Andalucía y poderse manifestar dentro del contexto
literario andaluz, con más o menos suerte, según el escritor o poeta, lo que
agradecemos extensamente los hispanófilos o escritores marroquíes en español
por permitirnos la difusión de nuestros trabajos aunque a menor escala y con
restricciones concretas.
No hay que olvidar que la bibliografía marroquí en español procede en
gran parte, de autoediciones de los mismos autores, lo que implica majestuosos
sacrificios del hispanista marroquí que se sacrifica quijotescamente por la
difusión del español en ausencia de apoyos por instituciones culturales
marroquíes o por las instaladas por el Estado de España en nuestro país. Estas
últimas, se dedican más a enseñar el español como idioma extranjero, con más
coste y menor calidad de enseñanza, lo que las desprestigia dentro de la
sociedad civil de la ciudad.
Por lógica, el trayecto de esta tendencia
literaria marroquí de creación en
español no ha tenido nunca un camino de rosas, al menos en Tetuán. Desde que
desapareciera el Centro Cultural Español en Tetuán hacia 1990 las instituciones
culturales españolas destacadas en la ciudad desconocen a los escritores
marroquíes en español casi totalmente, por lo que se ha dicho siempre que, si
el español pervive en nuestra zona es gracias a los esfuerzos y sacrificios de
los mismos marroquíes en ausencia de colaboración, participación y apoyo –
moral, al menos- de esas instituciones. Los propios escritores marroquíes llevan
a cuesta el esfuerzo de obrar por el castellano como idioma de expresión
literaria. Estas actitudes de negligencia son calificadas por muchos compañeros
como “ingratitud” y cosas peores aunque, personalmente y a nivel individual,
califico ese pasotismo como muy positivo por suponer una prueba de fuego para
quienes somos “peones” de esa tendencia literaria.
Para esas instituciones españolas, somos
extranjeros. Y, para las instituciones marroquíes, escribimos en un idioma
extranjero. Un dilema que nos acerca a la cruda realidad.
Hemos de recordar a los pioneros de la
literatura marroquí en español, de los que tradujeron de un idioma a otro obras
de insignes personajes de las dos orillas; recordar a los pioneros que en la
década de los 80 dieron un nuevo arranque a ésta joven modalidad; recordar a
los arabistas o africanistas españoles que han obrado para que el fenómeno del
hispanismo literario marroquí llegue a aflorar… pero, sin olvidar que hemos de
promocionar e incitar a que se publique en español.
Los gremios y profesiones de nuestra zona
mantienen un léxico hispanizado, dentro de su profesión. Muchas palabras de las
que se emplean, aún en la actualidad, son palabras usadas en idénticos gremios
en la orilla de enfrente por profesionales o artesanos andaluces, al igual que
estos, también, siguen empleando palabras y términos de origen árabe o
marroquí. Esto nos lleva a pensar que nuestros pueblos asimilan, cada unos, lo
que del conocimiento y de la cultura de su vecino puede adaptar a su vida y a
su profesión. Una fusión de culturas que nos funde en una misma cultura y en la
misma vocación natural, las del Estrecho.
Hace escasas fecha publiqué mi vigésimo
noveno libro en español. Todo un nuevo desafío a las adversidades. A base de
sacrificios, nos hemos acostumbrado a
escribir en español, que es nuestro principal vicio, pero benigno.
Gracias por la atención.
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