TRINA MERCADER, DE LARACHE A TETUAN.
HISTORIA DE UNA ROMÁNTICA MUJER
Sobre la vida de Trina Mercader en Larache, existen muchas lagunas, en cuanto a fechas, por lo que, gracias a las personas que fueron incondicionales, amigas, hoy, podemos recordar parte de su trayectoria, personal y literaria en Larache y Tetuán.
Nos situaremos en el año 1940. Trina Mercader llega a Larache unida a su madre. En su ficha personal consta: Trina Mercader, nacida en Torrevieja (Alicante) año 1919.
España en 1940, vive la postguerra, que trajo consigo, necesidades y penurias. Esta vida, era difícil para una joven, dinámica, culta y con la natural ambición de poder llegar a ser, una periodista “Libre”. Por todo ello, Torrevieja, su tierra, se le quedó pequeña.
Y ¿Porqué Larache? La explicación es sencilla. La esposa de Juan Balaguer, era prima de la madre de Trina, por lo que se podría creer que en Larache ya contaban con un apoyo.
Trina Mercader se enamora en Larache, que por entonces, es una ciudad en plena efervescencia, le atrae y sorprende el sistema de convivencia intercultural, que allí se vive, su luz, el aroma de las flores, sus jardines, el mar Atlántico........Inmediatamente, comprende que es aquí donde quiere vivir.
En esta época, tres jóvenes, hijas de Larache, han optado por conseguir un puesto de trabajo en la Junta Municipal de Larache, mediante una convocatoria de exámenes para lograrlo, éstas jóvenes eran Petra, Conchita y Natividad, mi hermana. Estas tres personas y a cada una de ellas les asignan un departamento.
Sin precisar fechas, Trina Mercader, consigue un puesto de trabajo en la Junta Municipal. Su cultura y simpatía, pronto le hace merecedora del aprecio de todos.
Las que ya estaban instaladas, la acogen como a una más y con ello se inicia un auténtico bloque de amistad. Es curioso, ver a cuatro personas, totalmente distintas, que nunca ocultaran sus distintos pareceres, y que, quizás, fue esto, lo que las unió, para toda la vida.
Como jóvenes que eran, salían juntas, se divertían, se relacionaban con chicos.....En una ocasión, fue mi hermana Naty quién le presentó a un joven que entró a formar parte de aquel cuarteto. Esta persona era mi tío Antonio, el hermano menor de mi madre. En seguida se cristalizó entre Trina y Antonio, algo más que amistad. Lo que Trina ignoraba era la jugada que el destino le preparaba.
La vida de Trina Mercader discurre de forma apacible y por entonces, es cuando, unida a varios intelectuales de Larache impulsó la salida de la revista “Mutamid”, este hecho tuvo gran notoriedad en la ciudad de Larache.
Trina Mercader padecía una enfermedad en la piel, y ella era consciente de la gravedad que vivía, esto hace que se involucre, cada vez más, en su trabajo, tratando de enmascarar sus miedos.
Mi tío Antonio tenia solicitado el ingreso en una academia militar (mucho antes de conocer a Trina). La burocracia tardó mucho tiempo en aceptar su petición, pero...esta llegó, y tenía que decidir, si seguir el destino que con mucha anterioridad se habia marcado, o quedarse con el amor, que ya, se profesaban, tanto Trina como Antonio. Se decidió por lo primero, pues creían que se volverían a encontrar. No fue así. Nunca más se vieron.
En la Junta Municipal de Larache, ya hacia tiempo que trabajaba Dris Diuri, escritor y ya con el reconocimiento del mundo cultural, de la época, por sus escritos. El bloque que suponían las cuatro amigas, hay que añadir a Dris Diuri, que fueron buenos acompañantes y amigos.
Trina Mercader fue una mujer que necesitaba estar siempre en activo. Por aquel entonces, se marcha a Tetuán y escribe su primer poemario, además de una colección de libros.
Ya en el año 1956 se produce el primer éxodo en la zona norte de Marruecos, y en Larache, se comienza a ver la inquietud de las familias.
Es en estas fechas, cuando hay cambios en la Junta Municipal de Larache. Conchita la destinan a Madrid, al propio Ayuntamiento.
Natividad va a la Diputación de Sevilla y Petra a Valencia.
Trina decide ir a Granada y a pesar de la distancia, siguen manteniendo una fluida correspondencia con sus amigas, pues estaba latente en el sentimiento de todas, que Trina vivía su enfermedad en silencio.
Transcurren los años, Trina vive con una familia, que la cuidad y la quieren como a una hija.
Cada una de las amigas han formado una familia y cada vez se hace más difícil desplazarse para verse.
Es cierto que nunca les falló la correspondencia, pero Trina nunca dejó traslucir su situación anímica por la enfermedad que padecía.
En el año 1980, Trina pide a sus amigas que quiere reunirse con ellas, y, en Sevilla. Ella pide que esta reunión se haga en un Hotel, y las cuatro a solas, pues tiene el deseo, que cada una, cuente que ha sido de sus vidas, desde que se separaron.
Se reservan habitaciones en un hotel y, según mi hermana, fue un encuentro muy emocionante. Hablaron, lloraron y sus risas traspasaron las paredes de la habitación donde estaban alojadas. Fue una noche de confesiones, emociones, que, ni el tiempo ni la distancia, pudo borrar algo tan hermoso de una amistad tan sincera.
Trina ya estaba deteriorada, les contó a sus amigas que todo lo que ella poseía, lo legaba a la familia que la cuidó con tanto cariño, durante tantos años.
Y quién sabe si el encuentro lo propuso Trina como un gesto de despedida? Ella murió en el año 1984.
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Ángeles Ramírez “Angi”nos envió estos recuerdos, y una bonita fotografía de Trina, como homenaje a María, su madre, esa gran mujer, que falleció poco tiempo después de redactarlos. Y, por eso, no pudo continuar la labor emprendida...Ya estará con Trina disfrutando de su amistad, ojalá que se acuerde de los que conservamos y celebramos el testimonio de su bondad.
P.D. Texto facilitado por Lola López Enamorado, Profesora de la Universidad de Sevilla y muy buena amiga de Angi. (lolaenamorado@gmail.com)
Sobre la vida de Trina Mercader en Larache, existen muchas lagunas, en cuanto a fechas, por lo que, gracias a las personas que fueron incondicionales, amigas, hoy, podemos recordar parte de su trayectoria, personal y literaria en Larache y Tetuán.
Nos situaremos en el año 1940. Trina Mercader llega a Larache unida a su madre. En su ficha personal consta: Trina Mercader, nacida en Torrevieja (Alicante) año 1919.
España en 1940, vive la postguerra, que trajo consigo, necesidades y penurias. Esta vida, era difícil para una joven, dinámica, culta y con la natural ambición de poder llegar a ser, una periodista “Libre”. Por todo ello, Torrevieja, su tierra, se le quedó pequeña.
Y ¿Porqué Larache? La explicación es sencilla. La esposa de Juan Balaguer, era prima de la madre de Trina, por lo que se podría creer que en Larache ya contaban con un apoyo.
Trina Mercader se enamora en Larache, que por entonces, es una ciudad en plena efervescencia, le atrae y sorprende el sistema de convivencia intercultural, que allí se vive, su luz, el aroma de las flores, sus jardines, el mar Atlántico........Inmediatamente, comprende que es aquí donde quiere vivir.
En esta época, tres jóvenes, hijas de Larache, han optado por conseguir un puesto de trabajo en la Junta Municipal de Larache, mediante una convocatoria de exámenes para lograrlo, éstas jóvenes eran Petra, Conchita y Natividad, mi hermana. Estas tres personas y a cada una de ellas les asignan un departamento.
Sin precisar fechas, Trina Mercader, consigue un puesto de trabajo en la Junta Municipal. Su cultura y simpatía, pronto le hace merecedora del aprecio de todos.
Las que ya estaban instaladas, la acogen como a una más y con ello se inicia un auténtico bloque de amistad. Es curioso, ver a cuatro personas, totalmente distintas, que nunca ocultaran sus distintos pareceres, y que, quizás, fue esto, lo que las unió, para toda la vida.
Como jóvenes que eran, salían juntas, se divertían, se relacionaban con chicos.....En una ocasión, fue mi hermana Naty quién le presentó a un joven que entró a formar parte de aquel cuarteto. Esta persona era mi tío Antonio, el hermano menor de mi madre. En seguida se cristalizó entre Trina y Antonio, algo más que amistad. Lo que Trina ignoraba era la jugada que el destino le preparaba.
La vida de Trina Mercader discurre de forma apacible y por entonces, es cuando, unida a varios intelectuales de Larache impulsó la salida de la revista “Mutamid”, este hecho tuvo gran notoriedad en la ciudad de Larache.
Trina Mercader padecía una enfermedad en la piel, y ella era consciente de la gravedad que vivía, esto hace que se involucre, cada vez más, en su trabajo, tratando de enmascarar sus miedos.
Mi tío Antonio tenia solicitado el ingreso en una academia militar (mucho antes de conocer a Trina). La burocracia tardó mucho tiempo en aceptar su petición, pero...esta llegó, y tenía que decidir, si seguir el destino que con mucha anterioridad se habia marcado, o quedarse con el amor, que ya, se profesaban, tanto Trina como Antonio. Se decidió por lo primero, pues creían que se volverían a encontrar. No fue así. Nunca más se vieron.
En la Junta Municipal de Larache, ya hacia tiempo que trabajaba Dris Diuri, escritor y ya con el reconocimiento del mundo cultural, de la época, por sus escritos. El bloque que suponían las cuatro amigas, hay que añadir a Dris Diuri, que fueron buenos acompañantes y amigos.
Trina Mercader fue una mujer que necesitaba estar siempre en activo. Por aquel entonces, se marcha a Tetuán y escribe su primer poemario, además de una colección de libros.
Ya en el año 1956 se produce el primer éxodo en la zona norte de Marruecos, y en Larache, se comienza a ver la inquietud de las familias.
Es en estas fechas, cuando hay cambios en la Junta Municipal de Larache. Conchita la destinan a Madrid, al propio Ayuntamiento.
Natividad va a la Diputación de Sevilla y Petra a Valencia.
Trina decide ir a Granada y a pesar de la distancia, siguen manteniendo una fluida correspondencia con sus amigas, pues estaba latente en el sentimiento de todas, que Trina vivía su enfermedad en silencio.
Transcurren los años, Trina vive con una familia, que la cuidad y la quieren como a una hija.
Cada una de las amigas han formado una familia y cada vez se hace más difícil desplazarse para verse.
Es cierto que nunca les falló la correspondencia, pero Trina nunca dejó traslucir su situación anímica por la enfermedad que padecía.
En el año 1980, Trina pide a sus amigas que quiere reunirse con ellas, y, en Sevilla. Ella pide que esta reunión se haga en un Hotel, y las cuatro a solas, pues tiene el deseo, que cada una, cuente que ha sido de sus vidas, desde que se separaron.
Se reservan habitaciones en un hotel y, según mi hermana, fue un encuentro muy emocionante. Hablaron, lloraron y sus risas traspasaron las paredes de la habitación donde estaban alojadas. Fue una noche de confesiones, emociones, que, ni el tiempo ni la distancia, pudo borrar algo tan hermoso de una amistad tan sincera.
Trina ya estaba deteriorada, les contó a sus amigas que todo lo que ella poseía, lo legaba a la familia que la cuidó con tanto cariño, durante tantos años.
Y quién sabe si el encuentro lo propuso Trina como un gesto de despedida? Ella murió en el año 1984.
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Ángeles Ramírez “Angi”nos envió estos recuerdos, y una bonita fotografía de Trina, como homenaje a María, su madre, esa gran mujer, que falleció poco tiempo después de redactarlos. Y, por eso, no pudo continuar la labor emprendida...Ya estará con Trina disfrutando de su amistad, ojalá que se acuerde de los que conservamos y celebramos el testimonio de su bondad.
P.D. Texto facilitado por Lola López Enamorado, Profesora de la Universidad de Sevilla y muy buena amiga de Angi. (lolaenamorado@gmail.com)
Comentarios
Te invito igualmente al recital, si quieres la información te envío el cartel.Mi blog está configurándose aún, irá reformándose. Espero que me leas ya que tu entrada es del 2007. Un abrazo. Un placer haberme encontrado contigo.
un larachense